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Kerygma / Atención a clientes ¿Necesitas ayuda? Contáctanos en WhatsAppMachismo Y Matriarcado
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Kerygma / Atención a clientes ¿Necesitas ayuda? Contáctanos en WhatsAppEste es el material que quisiera que mis padres, hermanas y mi generación entera hubiéramos podido leer. Porque aunque comienza narrando experiencias muy antiguas, los efectos que describe tienen aplicación generalizada hasta el día de hoy. Este no es un tratado académico, aunque espero que pueda inspirar a otros más doctos a investigar estos temas más rigurosamente desde el punto de vista de la fe cristiana. Más bien, aquí trato de provocar un fresco examen de nuestra cultura, las reglas del juego por las cuales vivimos cotidianamente.
Las verdades que he tratado en esta enseñanza ponen al descubierto un sufrimiento que por siglos hemos vivido en la mayoría de los hogares latinoamericanos. Ellas se basan en mi propia experiencia y en la memoria de lo que vivimos en mi propio hogar y en el de muchos amigos, gracias a estos patrones tóxicos de nuestra cultura hispanoamericana. Las disfuncionalidades de los hogares en los que nos criamos tienen profundas consecuencias durante toda la vida, requiriendo una y otra vez el consuelo del Espíritu Santo y la sanidad del corazón quebrantado que sólo puede dar Jesús. Al preparar estas enseñanzas, yo mismo he gozado una y otra vez la revelación sanadora y transformadora de Su amor.
Además de mi experiencia personal, he podido observar detenidamente nuestra cultura por medio de nuestra historia y literatura, así como desde la óptica de otras culturas al haber vivido la mayor parte de mi vida lejos de mi propio país, en los Estados Unidos, y algunos años en Inglaterra, Francia y México. En mi ministerio he tenido el privilegio de cultivar relaciones de mentoría personal con docenas de líderes cristianos y así constatar en sus vidas, matrimonios y familias, las huellas de esos mismos patrones dañinos, heredados de sus progenitores.
Sospecho que ni la iglesia ni la ciencia han evaluado adecuadamente aún los efectos que la vida de nuestros padres tiene sobre nosotros, y el que nuestras vidas tienen sobre la vida y el carácter de nuestros hijos. Porque así como todos compartimos un parecido físico con nuestros padres y ancestros. también acarreamos una herencia espiritual de varias generaciones de ellos. Desconocerlo nos condena a sufrir ignorantemente los efectos destructores de tendencias y decisiones ajenas.