Hebreos. El cristo de ayer hoy y siempre

Agotado

Los hebreos de Jerusalén y de ¨todas las naciones bajo el cielo¨ fueron testigos del derramamiento del Espíritu Santo en pentecostés, que dio inicio a la iglesia cristiana. A pesar de la persecución desatada contra los seguidores de Jesús, estos no dejaron de asistir y participar fielmente a los cultos y ceremonias judías en el templo de Jerusalén, generando en ellos dudas acerca de la importancia de la muerte de Cristo, su sangre derramada en la cruz y su efecto redentor y salvífico.

Los apóstoles y especialmente, Santiago, el hermano del señor, enseñaban que todo creyente en Jesucristo era ante todo un fiel seguidor de la ley y de las costumbres judías (Hechos 21.20), manteniendo el velo sobre la trascendencia de la obra de Jesucristo como cumplimiento perfecto de lo que era solo un anuncio histórico y preparación permanente de lo que llega a consumarse en Él.